El valor de lo local y la recuperación de la memoria histórica a través de la gastronomía son parte fundamental de lo que se cuece en las cocinas de Iván Cerdeño y los hermanos Padrón.

28 DE FEBRERO DE 2022 · 20:20
En el año del renacimiento gastronómico, los Soles Repsol llegan con más fuerza que nunca y con una apuesta por los proyectos con enfoques renovados. Las propuestas que abrazan la naturaleza, cuidan del medioambiente y reivindican la memoria autóctona del lugar en el que se ubican marcan una tendencia clara de hacia donde se dirige la gastronomía del futuro en nuestro país.
El compromiso de Iván Cerdeño, ubicado en Toledo, y de los hermanos Padrón con El Rincón de Juan Carlos, en Tenerife, por incorporar las influencias socioculturales y singularidades de sus respectivos entornos a sus elaboraciones, ha hecho que sus cocinas sean reconocidas en la entrega de los Soles Guía Repsol 2022 con un tercer Sol Repsol.
VOLVER A LAS RAÍCES
Son ya tres los años que Iván Cerdeño lleva trabajando en su restaurante homónimo la identidad de su cocina. El producto fiel a la temporada, la fusión de un entorno -y, por ende, de sus materias primas- que combina los Montes de Toledo con la ribera del río Tajo, además de una profunda investigación de la memoria histórica gastronómicade la zona, se han convertido en los tres rasgos de sus elaboraciones.

Esta última parte, la de la memoria culinaria, es la más llamativa de su cocina. Y es que las distintas culturas que han pasado por la ciudad Toledo -árabes, judíos y cristianos- dejaron una huella gastronómica que Cerdeño plasma también en sus platos transformándolo en el eje que articula su cocina.
COCINANDO EL TERRUÑO
Tras un cambio de ubicación que les ha llevado de Los Gigantes, donde se encontraba su local original, al hotel Royal Hideaway Corales Resort de Tenerife, los hermanos Padrón profundizan en la vanguardia gastronómica tinerfeña y en la investigación de los productos locales desde El Rincón de Juan Carlos.

Su cocina, en que se controla toda la materia prima -desde dónde y quién lo cultiva hasta la forma en la que llega a su cocina-, busca que los comensales aprecien con claridad los sabores de las materias primas con las que trabajan. Tanto en la parte salada, en manos de Juan Carlos, como en la del dulce, dirigida por Jonathan, se pueden vislumbrar las referencias históricas con aires vanguardistas de la cocina de la isla. Elaboraciones que se alejan por completo del recetario tradicional pero que mantienen la esencia de la isla a través del uso de los productos autóctonos. Una combinación que da lugar a platos sin disfraz, en los que el producto, lo local y el sabor son el centro de todas las miradas.
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