Multitud de témpanos helados flotan en las apacibles aguas que rodean la base antártica Cámara, gestionada por el gobierno de la República Argentina. Concretamente, está ubicada en la colina llamada La Morenita, en la caleta Menguante de la isla Media Luna. Foto: Roberto García-RoaLas islas Shetland del sur amanecen estos días cubiertas casi por completo por un grueso manto de hielo antártico. Este archipiélago está ubicado a 120 km aproximadamente del continente antártico y es el primer pedazo de tierra firme que se encuentra cualquier barco que navega desde el extremo más meridional de América del Sur en dirección a la Antártida. Foto: Roberto García-RoaAsí lucía uno de los amaneceres en la Isla de la Media Luna, Antártida. Bautizada así por la forma de su gran bahía, esta isla pertenece al archipiélago de las Shetland del Sur. La ensenada que crea su costa es un lugar ideal para fondear los barcos, pues el mar se encuentra calmado y permite protegerse del fuerte oleaje que en ocasiones azota estas aguas.Foto: Roberto García-RoaLos macizos rocosos sirven a las aves marinas como los cormoranes para anidar y descansar. Expertas pescadoras, los cormoranes son aves acuáticas cuya familia incluye hasta 15 especies. Una de ellas es el cormorán antártico o Leucocarbo bransfieldensis , que puede llegar a medir hasta 80 centímetros y viven en las zonas costeras de las islas subantárticas y antárticas. Foto: Roberto García-RoaDebido a su origen volcánico, en las islas Shetland del Sur la roca negra contrasta con el blanco hielo que baña el continente. Este archipiélago está formado por once islas mayores y un gran número de islas menores está cubierto en un 80% de su superficie por hielo. Foto: Roberto García-RoaA bordo del Arctic Sunrise, el Lounge es un espacio en donde se guardan diversos instrumentos para los momentos de descanso de la tripulación.Foto: Roberto García-RoaGrupo de delfines de Commerson nos despiden a la salida de Punta Arenas, Chile.Foto: Roberto García-RoaLas últimas horas de la tarde dan significado a la denominada “Golden hour”.Foto: Roberto García-RoaAl menos dos personas deben permanecer siempre en el puesto de mando del Arctic Sunrise.Foto: Roberto García-RoaLas luces del atardecer inundaron las colinas que rodeaban la isla de la Media Luna Foto: Roberto García-RoaLa niebla y la nieve envuelven muchas de las colinas distribuidas por las islas Shetlands del Sur.Foto: Roberto García-RoaUn grupo de pingüinos papúa (Pygoscelis papua) utilizaron un pequeño témpano helado para descansar antes de proseguir su marcha.Foto: Roberto García-RoaA lo lejos, las islas Shetland del Sur se distinguían tras la bruma que acompañaría un eterno atardecer.Foto: Roberto García-RoaDesde el puesto de mando la tripulación buscaba los primeros peñones de tierra antártica.Foto: Roberto García-RoaNo muy lejos del punto en donde pasaríamos la primera noche, se podía divisar la base antártica Cámara, una estación científica gestionada por la República Argentina.Foto: Roberto García-RoaLas luces del atardecer conquistaron las cimas rocosas del continente helado durante más de dos horas, haciendo las delicias de aquellos que nos afanábamos por retratar aquel momento único en nuestro viaje.Foto: Roberto García-RoaLos submarinos que serán utilizados en las expediciones del fondo marino son fijados firmemente a la cubierta para evitar que puedan sufrir daños al cruzar el pasaje de Drake.Foto: Roberto García-RoaBajo la diana de dardos, crucial para el ocio de la tripulación, esperan los cubos que a menudo son utilizados cuando el malestar y el mareo se vuelven protagonistas en el Pasaje de Drake.Foto: Roberto García-RoaLos salvavidas son solo una de las muchas medidas de seguridad a bordo del Arctic Sunrise. Para nosotros, una perfecta metáfora de la sensación de alivio que sentíamos al embarcar tras tantos días de incertidumbre.Foto: Roberto García-RoaEl rompehielos Arctic Sunrise visto desde el hotel. Foto: Roberto García-RoaUn atardecer en la ciudad chilena de Punta Arenas unos días antes de partir. Foto: Roberto García-RoaEn Punta Arenas, la naturaleza sigue presente antes de la partida hacia la Antártida. Foto: Roberto García-RoaAntes de embarcar hacia la Antártida, la tripulación debe realizar una estricta cuarentena que se lleva a cabo en un hotel de Punta Arenas.
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