Fijémonos en la primera, destruida por Luke Skywalker en la decisiva Batalla de Yavin. Con 140 km de diámetro, en ella vivían 1,2 millones de personas de los que 340.000 eran soldados imperiales y 26.000 tropas de asalto.
Por hacernos una idea de la magnitud de lo que estamos hablando.
Supongamos que la densidad de la Estrella de la Muerte es similar a la de un portaaviones estándar y que está hecha primordialmente de acero. ¿Cuánto se necesitaría? Algo más de mil billones de toneladas. ¿Eso es mucho? Si la Tierra fuera el proveedor de acero del Imperio tendríamos la vida resuelta para toda la eternidad, pues al ritmo actual de producción mundial de acero tardaríamos 800.000 años en alcanzar esa cifra. ¡Eso para la estación de combate más pequeña de la saga!
La elección de Geonosis como lugar de construcción no pudo ser mas desacertada pues al ser un planeta caracterizado por la ausencia casi total de recursos naturales el coste de transporte de los materiales representa una fracción altísima del presupuesto. La única razón para construir allí la Estrella de la Muerte es que los técnicos, los geonosianos, están allí. ¿No hubiera sido más inteligente construirla en un planeta con abundantes recursos naturales y desplazar hasta allí a los técnicos? ¡Qué más da! Como sucede en todas las películas con supervillanos, el dinero le llegaba a Palpatine a expuertas. Es lo que tiene el reverso tenebroso de la fuerza. ¿Y el costo de la mano de obra? La primera estrella de la muerte fue construida por wookies esclavos, mano de obra barata donde la haya. Pero los wookies no son droides y necesitan aire, así que volvamos a hacer unas cuentas. Supongamos que tres quintas partes de la estación es espacio presurizado. Eso implica que se necesitarán 8,23 trillones de metros cúbicos de nitrógeno y 1,65 de oxígeno, dando por supuesto que todas las especies de Star Wars respiran una atmósfera similar a la nuestra. Esto implica un gasto de 263,33 trillones de créditos galácticos solo en oxígeno y 3,48 cuatrillones en nitrógeno. Luego el gasto -solo en atmósfera respirable para los esclavos- sería de unos 20 cuatrillones de créditos. O lo que es lo mismo, con ese dinero podríamos trasladar a toda la Humanidad al planeta rojo. Y ahora añadamos el coste de instalar los sistemas de soporte vital, los computadores, los cañones láser… en resumen, todo lo que hace de la Estrella de la Muerte una estación de combate. La línea de crédito de Palpatine debió tener proporciones galácticas. Diga lo que diga el gobernador Tarkin, tres son las cuestiones claves para mantener operativa una estación como la Estrella de la Muerte: tener aire que respirar, agua que beber y comida que llevarse a la boca. Porque sin esos recursos básicos la estación de combate sería, literalmente, una estrella de la muerte. O muerta. En las estaciones espaciales reales el suministro de agua es fundamental, pues también se usa como fuente del aire respirable: el oxígeno se obtiene de la hidrólisis, con la que se separa el agua en sus átomos constituyentes. Por tanto, el problema fundamental de la Estrella de la Muerte es el abastecimiento de agua. Con 1,2 millones de personas destacadas, implica 70.000 toneladas de agua diarias, lo que significa que cada día debe llegar una nave de carga similar a un petrolero medio solo para dar de beber a toda la estación. Alimentar a más de un millón de bocas en la Estrella de la Muerte es otro de los problemas logísticos con los que se enfrentó el Imperio. Qué es lo que comían… de eso solo podemos especular. En nuestro mundo, los astronautas ingieren entre 2.500 a 3.000 calorías repartidas en 3-4 comidas. Pero el principal problema no es la cocina, sino el almacenaje: en la Estación Espacial Internacional la dieta completa de un astronauta no debe superar los dos kilos de alimento por día. Seamos optimistas e imaginemos que el Imperio ha conseguido reducir ese peso una cuarta parte, de modo que cada una de las personas de la estación consume medio kilo de comida al día: más de un millón de personas significa medio millón de toneladas diarias. Como la estrella de la muerte dependa exclusivamente del abastecimiento externo de provisiones, la logística para mantenerla en funcionamiento es una pesadilla. Es obvio que la principal preocupación de Galen Walton Erso no debió ser el cañón destruye-planetas (en el fondo no es más que una torre de turboláser a lo bestia) sino la propia habitabilidad de la estación. Ya que sus ocupantes iban a vivir en ella de manera prolongada, tenía que hacerla un lugar cómodo para vivir. No es lo mismo estar una semana que varios meses: cuando nos vamos de viaje podemos apañarnos con un lugar más espartano si nuestra estancia va a ser de dos días, pero buscamos algo mejor si vamos para un mes. El Imperio puede ser malvado, pero si quiere mantenerse debe cuidar a los que lo defienden. La razón es sencilla: poca comodidad implica poco rendimiento. Así, los rusos descubrieron en sus estaciones Salyut que mejorando la calidad comida, la gestión de residuos (en esencia, no encontrar basura en cada esquina) e introduciendo sistemas de entretenimiento, reducían el aburrimiento, la irritabilidad y otros problemas psicológicos. En resumen, y como decían en Babylon 5, tratando de crear un “hogar lejos del hogar”. ¿Cuánto espacio requiere una persona para vivir cómodamente? Según la NASA un volumen habitable (o sea, utilizable, no de almacenamiento) de cinco metros cúbicos es tolerable y 17 metros cúbicos es el óptimo para una misión de seis meses. Otras estimaciones dan un valor de 68 metros cúbicos para una persona todo un año. En ese espacio es necesario incluir un área privada y personal, fundamental para mantener una convivencia social sana. Y 68 metros cúbicos por un millón de personas… ya podemos echar la cuenta. ¿Nos damos cuenta de los complicado que es construir una estación espacial? Da más quebraderos de cabeza diseñar todos los sistemas que permiten la supervivencia de un ser humano que construir un superláser que destruya planetas enteros. La moraleja es que mantener vivos y en perfecto estado a toda la dotación los soldados imperiales no es moco de pavo.
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